30 de agosto de 2011

SALTAR AL VACÍO

 
Abajo estás tú (:

28 de agosto de 2011

para que la Luna llena nunca choque contra el suelo
para que siempre podamos conocidos encontarnos
alargarnos la sonrisa,
sacudir la distancia
y poder burlar al tiempo
para que la Luna llena nunca choque contra el suelo


¿Qué puede tener de malo si es lo que mejor hacemos?

22 de agosto de 2011

Sin ningún motivo, o con motivo a veces.


-Escucha:   Hay veces, en que la vida te pide un cambio, una transición. Como las estaciones. Nuestra primavera fue maravillosa, pero ahora ya ha terminado el verano, hemos dejado pasar el otoño. Y ahora de repente hace tanto frío, tanto frío, que todo, todo se está congelando a nuestro alrededor. Nuestro amor se ha dormido y la nieve lo ha tomado por sorpresa. Pero si te duermes en la nieve no oirás la llamada de la muerte. Cuidate.


Francine, me acuerdo de todo con exactitud. Era un quince de mayo, la primavera se retrasaba, el cielo amenazaba lluvia y tú gritabas. Y te aceptaron desdeluego. Dejaste Boston para transladarte a París. A un piso pequeño de la calle Faubourg Saint- Denis. Yo te enseñé el barrio, mis bares, mi colegio. Te presenté a mis amigos, a mis padres. Escuché los textos que tú ensayabas, tus cantos, tus esperanzas, tus deseos, tu música. Tú escuchaste la mía, mi italiano, mi alemán, mis pinitos de ruso. Yo te regalé un walkman, tú me regalaste una almohada. Y un día, me besaste. El tiempo pasaba, el tiempo volaba. Y todo parecía tan fácil, tan sencillo, tan libre, tan nuevo y tan único. Íbamos al cine, ibamos a bailar, íbamos de compras, reíamos, tú llorabas, nadábamos, fumábamos, nos afeitábamos. De vez en cuando tú gritabas, sin ningún motivo, o con motivo a veces; sí, a veces tenías motivo. Yo te acompañaba al conservatorio, yo estudiaba para mis exámenes, yo escuchaba tus ejercicios de canto, tus esperanzas, tu deseo, tu música. Tú escuchabas la mía. Los dos estábamos cerca, tan cerca, siempre tan cerca. Íbamos al cine, íbamos a nadar, nos reíamos juntos, tú gritabas, con motivo a veces, y otras sin motivo. El tiempo pasaba, el tiempo volaba. Yo te acompañaba al conservatorio, yo estudiaba para mis exámenes, tú me escuchabas hablar en italiano, en alemán, en ruso, en francés. Yo estudiaba para mis exámenes, tu gritabas, a veces con motivo. El tiempo pasaba, sin motivo. Tú gritabas, sin motivo. Yo estudiaba para mis exámenes, mis exámenes, mis exámenes. El tiempo pasaba. Tú gritabas, tú gritabas, tú gritabas. Yo iba al cine. Perdóname Francine.

21 de agosto de 2011

OLVIDAR en mayúsculas

No saber decir adiós en un problema. Ultimamente todo se sobreentiende, sin necesidad de palabras que no queremos decir. Hacernos daño es lo más habitual contigo, rey de las reconciliaciones desesperadas. Porque quizás eso sea lo que te caracteriza. Quizás lo tuvieras pensado desde un principio que vi cobarde. Ahora pides perdón a tu manera. No tengo nada que perdonar de aquel tiempo, cuando ya no te miraba a los ojos. Ahora estoy feliz de poder volver a hacerlo de nuevo, al fin y al cabo, dicen que nada se puede olvidar; ni lo bueno ni lo malo.

20 de agosto de 2011

azul&verde

Iremos a visitar el Anillo de Oro en Rusia cubiertos de mil capas de lana para protegernos del frío; descansaremos a la sobra gigantesca del Cristo que domina Río,
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pararemos en silencio frente al Taj Mahal en India, un edificio extraordinariamente blanco apoyado sobre arena roja, que un rey hizo construir por amor a su esposa;
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bucearemos en las aguas de la barrera coralina después de pasar por el Teatro de la Ópera de Sídney; participaremos en la ceremonia del té en un rincón inolvidable de Tokio.
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Aún nos queda por navegar el Danubio y contemplar un géiser islandés; comer un cannolo siciliano a la orilla del mar;
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tomar una foto en blanco y negro en el Sena;
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pasear mirando a todos los artistas de las Ramblas; robar polvo de la Acrópolis; comprar ropa en la Gran Manzana y ponérnosla en seguida en el Central Park;
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pasear en bicicleta entre los canales de Ámsterdam, procurando mantenernos el equilibrio para no caer al agua;
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tirar al menos una piedra de Stonehenge; dar un par de saltos por el borde de un fiordo noruego con el riesgo de desempeñarnos
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y tumbarnos en un inmenso prado irlandés pensando que en el mundo solo existen dos colores: azul y verde…
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Blanca como la nieve, roja como la sangre.
Alessandro D’Avenia.

16 de agosto de 2011

+1

15 de agosto de 2011

ahora es el momento de hacer lo que màs quieras. no esperes al lunes, ni esperes a mañana. que no aumente ante ti la caravana de sueños pisoteados. ya no esperes, no reprimas por miedo o cobardía. no postergues la vida con màs muerte y no esperes nada de la suerte, que no hay màs tesòn que tu tesòn y tu energìa. dale forma a tu sueño como el viento que vive se transforma. y para que todo resulte a tu manera, redacta para ti mismo tu norma y convierte tu otoño en primavera.

14 de agosto de 2011

Toquen las cuerdas del corazón

Oh Fortuna, variable como la Luna.
Como ella creces sin cesar, o desapareces.
¡Vida detestable!
Un día, jugando, entristeces a los débiles sentidos, para llenarles de satisfacción
al día siguiente.
La pobreza y el poder se derriten como el hielo ante tu presencia.

Destino monstruoso
y vacío, una rueda girando es lo que eres,
si está mal colocada la salud es vana,
siempre puede ser disuelta, eclipsada y velada;
Me atormentas también en la mesa de juego;
Mi desnudez regresa, me la trajo tu maldad.

El destino de la salud y de la virtud está en contra mía,
es atacado y destruido siempre en tu servicio.
En esta hora, sin demora toquen las cuerdas del corazón;
El destino derrumba al hombre fuerte, que llora conmigo por tu villanía.




Quod per sortem Sternit fortem,
Mecum omnes plangite!

5 de agosto de 2011

¡Buenos días, Princesa!

Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor, y como una fábula, esta llena de maravillas y de felicidad.



Esta es mi historia. Ese es el sacrificio que hizo mi padre. Aquel fue el regalo que tenía para mí.

3 de agosto de 2011

Té rojo casi frío.

-¿Estás tomado?
-Ahogado.


Subes sin timbrar. Abro la puerta al oírte llegar. Estas empapado. Huelo tu aliento a ron desde el pasillo. Apenas te mantienes de pie. Te tambaleas contra la pared. Estás callado mientras voy a la cocina. Preparo té rojo para los dos. Vuelvo. Estás sentado sentado en el viejo sofá. Tienes la mirada perdida. Leo palabras sueltas en tus ojos de desesperación. Me gustaría saber como fuiste capaz de llegar hasta aquí. Entonces me acerco a ti. Te sirvo el té en la taza verde en la que tantas mañanas viniste a desayunar. Te acaricio una mano. La noto fría. Te vuelves y me miras a los ojos. Están empapados en lágrimas. No se que decir. Aprieto con fuerza tu mano. Entonces, dejas caer tu cabeza sobre mi hombro. Frágil. Respiras.

-Gracias.

Me gustaría decirte que estoy aquí para lo que necesites. Que siempre me tendrás a tu lado. Mientras busco las palabras adecuadas suena el teléfono. Pasan dos minutos. Sigue sonando. No te dejaré solo. Llega un mensaje al contestador.

Bebes el té ya casi frío. Te sirvo más. Pareces cobrar fuerzas. Lloras en silencio. Te das cuenta de que yo también lo voy a hacer. Sonríes. Me parece la más sonrisa ebria más sincera que jamás he visto. Me encojo de hombros y nos abrazamos. Fuerte. Olvidamos que hora es. Enciendo la radio. Un piano canta. Nuvole Bianche. La reconoces. Te hechas a reír. Entonces me pides más té. Tranquila abandono el salón para prepararlo. Cuando regreso el sofá está vacío. La radio y yo. Pausadas. Débiles. Cuidadosas. La luz roja del teléfono parpadea. Llega otro mensaje al contestador. "Cariño, no voy para cenar. Llego tarde". "Otra vez más, gracias. No estaría vivo ahora mismo de no ser por ti. Tienes un corazón enorme. Gracias, gracias, y mil veces gracias".

Me quedo dormida en el sofá. Ludovico Eunaudi sigue tocando. Poniendo banda sonora a mis sueños. Gris.

Ludovico Einaudi – Einaudi: Nuvole Bianche

1 de agosto de 2011

Hicimos la más divertida de las promesas.
Ninguna de las dos la cumplió.

 
                                      :)