30 de abril de 2011

Cuatrocientos días lejos del Sol.

Creo que hay personas demasiado importantes para borrarlas tan rápido. Fueron el motivo para levantarme cada mañana, son importantes. No tienen derecho a desaparecer de repente, como yo tantas veces lo desee. Y es ahora, al estar cuatrocientos días lejos del Sol, cuando me doy cuenta de que no sé que quiero. Quizás ese sea mi problema, o mi virtud...