28 de noviembre de 2012

Nos sobran los motivos

Este adiós no maquilla un hasta luego
este nunca no esconde un ojalá
estas cenizas no juegan con fuego
este ciego no mira para atrás

EL MÁS GRANDE, SABINA
Este notario firma lo que escribo
esta letra no la protestaré
Ahórrate el acuso de recibo
estas vísperas son las de después

A este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir

Este pez ya no muere por tu boca
este loco se va con otra loca
estos ojos no lloran más por ti

18 de noviembre de 2012

Amanecer de un domingo cualquiera


Domingo. 13:30h.
Sigues tumbada en cama, por encima de las sábanas. La ropa de la noche anterior, la chaqueta que él te dejó. Te pitan los oídos. Apestas a alcohol. Desearías despertarte a su lado. Pero no, estás aquí, y el último recuerdo que tienes de él es el chupito al que te invitó. ¿Qué pasó después? Te da vueltas la cabeza. Tremenda resaca, o remordimientos le llaman algunos. Ni siquiera sabes quién te trajo a casa. Vibra el móvil dentro del bolso. Por suerte no lo perdiste. 27 llamadas perdidas. Al parecer ni tus amigas saben dónde pasaste la noche. Quieres seguir durmiendo pero no puedes. Te levantas y te miras en el espejo. Dios, ¿qué es esto? El rimmel está en todos lados menos en tus pestañas. Sales a tomar el aire al balcón. Te molesta la luz del sol. Vuelves a sentarte en la cama. Está sin deshacer, al menos nadie se ha metido en ella. Miras la habitación. Tenía razón tu madre cuando te gritaba por ser tan desordenada. Los vestidos que probaste ayer siguen tirados en el suelo, y esta vez parece que nadie los va a recoger. Coges la cartera en el bolso, gastaste el dinero del mes. Espera, hay algo más. En el sitio dónde irían los billetes, en caso de haberlos, hay un papel. Pequeño, arrugado. En él, un número de teléfono. Sabes que es el suyo, estás segura. Él te dirá todo lo que quieras saber. Pero no tienes el valor para llamar y, probablemente, no volverás a verle nunca.

VINE A HACERTE POLVO Y TERMINÉ ECHÁNDOTELO


17 de noviembre de 2012

¿Callar? ¿Yo? 
No no, las cosas no funcionan así.

Hazme callar, sé tú quién lo haga.
Da el paso que nunca supiste dar.
Sin miedo, total, ¿que va a pasar?
Adelante, sin mirar atrás.

Deja de romper espejos.
Enfádate con él y no contigo.
Deja de machacar tu cuerpo sin tener motivo.

¿Te llamé valiente alguna vez? Lo retiro.
No sabes, no vales.
Ni siquiera quieres ser lo que te propones.

¿Qué haces? ¿De qué vives?
De lágrimas nadie sobrevive.
Mueres al mínimo suspiro.

Busca sentido a este caos.
¿Lo encuentras?
Piensa en lo que eres y en lo que podrás ser.
Hazte valer, joder.

Ya cansas, ya está bien de llorar.
Encuentra tu camino.
Es sólo para tí.

Tienes que salir. No hay motivo para estar aquí.
¿O sí?
Decídete, tienes que elegir.
Vivir o morir.