14 de agosto de 2011

Toquen las cuerdas del corazón

Oh Fortuna, variable como la Luna.
Como ella creces sin cesar, o desapareces.
¡Vida detestable!
Un día, jugando, entristeces a los débiles sentidos, para llenarles de satisfacción
al día siguiente.
La pobreza y el poder se derriten como el hielo ante tu presencia.

Destino monstruoso
y vacío, una rueda girando es lo que eres,
si está mal colocada la salud es vana,
siempre puede ser disuelta, eclipsada y velada;
Me atormentas también en la mesa de juego;
Mi desnudez regresa, me la trajo tu maldad.

El destino de la salud y de la virtud está en contra mía,
es atacado y destruido siempre en tu servicio.
En esta hora, sin demora toquen las cuerdas del corazón;
El destino derrumba al hombre fuerte, que llora conmigo por tu villanía.




Quod per sortem Sternit fortem,
Mecum omnes plangite!